Santa María del Perpetuo Socorro

El misterio de los iconos

Los iconos nos vienen de Oriente: de Bizancio o de su imperio. La iconografía bizantina es un arte sagrado basado no sólo en criterios estéticos sino, sobre todo, místicos. Los iconos orientales no son meras imágenes pintadas o esculpidas para fomentar la piedad popular o para adornar la casa. Son verdaderos objetos de culto, una presencia invisible, pero real, a quien invocar y ante la que podemos rezar.

El pintor de iconos quiere ser un artista inspirado, un intérprete del Espíritu Santo, más que un artista técnicamente perfecto. Pretende crear una atmósfera espiritual y mística y sumergirnos en ella, transmitir un mensaje religioso, al desvelar una faceta de algún misterio de Cristo, de la Virgen o de algún santo. Por eso, antes de realizar su obra, se entrega seriamente al ayuno y a la meditación.

Algún autor se atreve a llamar al icono ‘sacramento’, en cuanto signo eficaz de una presencia que se ofrece al creyente en la medida de la acogida que le dispense. La finalidad del icono es despertar en el espíritu del que lo contempla inspiraciones y sentimientos divinos, que nos acerquen más a Dios y a la Virgen. Hacernos perceptible y cercano lo invisible y espiritual: ésa es su misión.

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Documento explicativo historia del icono del Perpetuo Socorro